viernes, 18 de enero de 2019

La migración y el cambio climático de los homo

Si comprobamos y miramos cómo ha cambiado el clima convirtiendo las zonas selváticas en desierto podremos ver cómo, con gran seguridad, los homo emigraron a tierras más fértiles aventurándose al norte.
Se puede o podrá uno deducir de esto que pocos individuos habrían permanecido, sobrevivido o adaptarse en y a climas desérticos. No sin embargo pudo hacerse sino no estaríamos aquí.
El paso por el que África comunica con el resto, la cumbre y teta que recoge el seno materno (de) la madre naturaleza del homo, habría sido abierto en repetidas veces permitiendo expandirse nuevas especies más adaptables (primero) al consumo de carne y su posterior caza y, (antes o) después al frío propio del Norte.
Las crudezas de la realidad casi ártica habría impedido su rápido auge y afloramiento, cada vez más competitivo y "acalorado", por lo que se reproducirían menos o en menor medida que sus primos hermanos que dejaron atrás en la fértil selva africana, aunque, sin embargo, su descendencia sería más fuerte y/o inteligente para poder anticiparse a las presas para la caza así como enfrentarse a un reto mayor que en el calor como es el frío y la escasez. Sin el control absoluto del fuego perecerían y no habrían llegado a expandirse (otra vez) quizá con mayor éxito cada vez, además de por el curtido de pieles, por la creación de una sociedad estamental que rigiera y asentara las bases de la sociedad y civilización que es hoy en día.
La capacidad de adaptación haría que fuéramos capaces de vivir hasta en el desierto (cuna de la civilización) y expandirse a otros terrenos más escarposo como Asia, aunque serían de otra partida, de otra raza, como los Denisovanos (cuya especialización en los ojos les habría beneficiado a la hora de enfrentarse a la nieve), cuyos ancestros pudieron rápidamente asentarse y reproducirse sedentariamente desde los climas más extremos (como las cumbres montañosas como el Everest, y Mongolia) hasta el cálido sur partiendo incluso hacia otras islas haciéndolos más propensos a la piel oscura y, quizás, al pescado crudo también.
El retorno a África o expansión de éste como mejor forma de adaptar a sus descendientes al cálido trópico no tendría nada que ver con las complicaciones a las que llevarían las complicadas y entramadas ascendencias de las tribus belicosas del norte. La primera partida de los entonces llamados Homos Neanderthales triunfaron por su segregación y adaptabilidas nómada, que pudo asentarse inteligentemente en una Europa previa a otra glaciación, consiguiendo dejar su linaje para el resto de Europeos en un pequeño pero importante porcentaje para sus descendientes así como parte de su cultura o conocimiento del medio ambiente, herramientas y localizaciones.
El medio hostil provoca tensiones así como luchas por el alimento y tierras, para la supervivencia, entre clanes cuyo mejor ADN permitirá su preservación. Esto no quiere decir que no pase en otras poblaciones, es de hecho la lucha del más fuerte (inteligente y adaptable, según qué época si de bonanza o sequía) el que ha regido la regia evolución siendo lo que somos hoy día aún: competitivos y agresivos en cierta sana medida. Lo que supone de diferente en el norte es, sino la baja natalidad, la baja capacidad de supervivencia de los descendientes o, así a su vez también, la escasa población respecto al resto del mundo, razas y poblaciones.
[El término "raza" no debería asustar a nadie por ser empleado para referirse a los diferentes homínidos, aun separándolos por color pues no hay muchas alternativas para referirse a éstos sin necesidad o acritud de poner a una por encima de otra]
No obstante, aunque por el calentamiento global facilite la aparición de la piel oscura, dichos genes del norte habrían supuesto y remarcado una importante diferencia para el resto de sus hermanos sapiens a la hora de crear nuevas herramientas y especializaciones dejando la herencia del conocimiento natural de sus ancestros a un papel menos importante, mantenido, probablemente, por las hembras -también guerreras y cazadoras- como mejor diferencia del resto del globo. Es, quizás ésta especialización también en las hembras el que haya hecho de sus genes algo más importante, amén del consumo de proteínas proveniente de la compleja caza en la nieve, o la capacidad de previsión del frío y la posible conservación de alimentos como grano o semillas para otra estación más escasa (sin olvidar que serían probablemente los primeros en usar "neveras" naturales por el frío invernal y la nieve).

lunes, 7 de enero de 2019

El espacio-tiempo de los niños

Los niños carecen de noción del espacio-tiempo pues para ellos no existe o no conocen dónde empieza y termina un sitio o acontecimiento; dónde están los límites del aquí, ahora, y el después o luego. No saben porque no imaginan que exista un sitio donde algo deje de llamarse de una forma u en otro tiempo o espacio deje de ser así, por ejemplo, la frontera imaginaria "física" real que hay a veces, que separa un determinando sitio de otro, como un barrio, por ejemplo. No saben que esas fronteras son más imaginarias que físicas y no pueden creer que el mundo de los adultos se riga también por la imaginación o fantasía para la que no hacen distinción alguna.