viernes, 8 de abril de 2016

La especie humana y sus elecciones.

No quita que podamos transmitirnos de todo con los canales iónicos. De hecho, de no ser por el habla, no podríamos conquistar a otra persona... en teoría.

La siguiente teoría consiste en un amor "propio" expandido al resto en tanto y cuanto nos vemos reflejados en las carencias o similitudes que nos atraen inconscientemente, como si fuéramos todos uno, o una extensión de uno mismo...
"queriéndote a ti me quiero más, me valoro más y -como no somos la misma persona- aprendemos el uno del otro por esas pequeñas diferencias que -como químicamente puedan ser- hace que nos atraigamos más."
Y luego ya por otra parte está el dinero, algo que no sé si podrán representar los neurotransmisores, que hacen ver si seríamos capaces de mantener o cuidarnos a nosotros mismos y a nuestra especie... y descendencia.

"El alma." Otra forma más fácil de decirlo, más bonita, y no tan racional.

También creo que, por una cuestión de física cuántica relacionada con las ondas de probabilidades...
...cualquier encuentro permite que haya cierta relación de parentesco entre diversas partes y podría ocasionar descendencia común, de ahí el ver rostros similares a gente que conoces por las calles... claro que cuando lo haces esas probabilidades aumentan. Y lo pienso más a un nivel filosófico en tanto y cuánto hay siete mil millones de personas y, por tanto, no solo es probable que un encuentro entre dos o más personas de parecidos semejantes a otros dé sus frutos sino que esos frutos sean parecidos, como universos paralelos en los que -en efecto- se hayan dado todas las ocasiones propicias para que algo así suceda. Por ejemplo, para que se crease descendencia entre las dos supuestas personas -cuanto más se juntasen mejor- tanto en otra parte del mundo como con nosotros mismos.
Claro que había otro estudio que decía que nos relacionamos con gente con la que tenemos genes o ADN en común. Lo cual dificulta el esparcimiento y diversificación y por lo tanto la mejora del ser.

"La mayoría de la gente se siente atraída a relacionarse con otra gente de ADN similar." decía.

Si resulta que existe de verdad alguna forma externa de afectar al ADN que llevamos en nuestro interior a la hora de compartirlo con otro, todo esto cambiaría la forma de relacionarnos con quien tenemos a nuestro al rededor. Pero ésta es otra teoría extraña mía.

Esta teoría mezcla la biología y la física, que, por cercanía y por regla de tres, existiera siempre una probabilidad -aunque pequeña- de (por poner un ejemplo), tan solo de haberse cruzado con un cojo, que nuestro posible hijo fruto de una relación instantánea después de ese encuentro, nazca con una pierna más larga que la otra, o más corta, según lo quieras ver... podría suponer una relación incluyente de un agente externo transmitido por el aire o a través de una genética probable o casual en común entre nuestros ancestros. Casos de deformaciones congénitas afectadas por el aire a parte.

No seria suficiente creo yo un encuentro casual para dar lugar a una mutación en un embrión... o en el esperma. Sería más probable que ésto sucediera así si el padre, abuelo etc. fuera cojo... aumentarían las posibilidades.

Y puesto que estamos todos conectados de alguna forma, también podría ser -coincidencia- que fuera mi tío abuelo segundo por parte de primo lejano. Y yo sin saberlo, claro.

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